LA DAMA DE LA ESCOBA

LA DAMA DE LA ESCOBA

PURETA:
LA DAMA DE LA ESCOBA

Recuerdo que se le veía un pañuelo que le recogía el cabello, y pocos se acercaban cuando la veían con su escoba que ella misma preparaba con bejucos y ramas con la que barría las cunetas que rodeaban la Plaza Bolívar y la Casa Fuerte. Algunos en sus anécdotas dicen que se molestaba mucho si alguien caminaba por donde ella estaba barriendo, dejando limpio todo el lugar y cuidando como cual guerrera del mantenimiento de la municipalidad barcelonesa.

Todos la llamaban “Pureta”, desconozco el origen de su nombre y si alguien lo sabe, os pido lo escriban, canten o declamen, para rendir homenaje a una mujer que, a pesar de su locura, en sus momentos de cordura solo suplicaba ver su ciudad limpia.

A veces, me pregunto cuando me evocan los recuerdos de mi infancia ¿quiénes estaban más locos, aquellos que, sin piedad, ensuciaban las calles barcelonesas, o Pureta que se afanaba con su escoba en mano como un arma exterminadora de la basura? Algunos cuentan, que hablaba sola, murmurando en voz alta, porque ella no entendía el porqué de tanta inmundicia e inconsciencia de aquellos que decían ser más cuerdos que ella.

Todo este relato son ideas o trazos que vienen a mi cabeza, pienso ahora ya adulta ¿quién fue aquella mujer? Cuando transito por aquellas calles y veo las cunetas sucias, vuelven los recuerdos de los tiempos de Pureta, aunque para aquella época, apenas era una niña y se poco de ella.

Las nuevas generaciones deben ver en Pureta, un ejemplo de valor de identidad, una mujer que cuidaba su ciudad con mucho amor, a pesar de su estado mental, de una manera u otra dejó huellas en sus habitantes y de una u otra forma inculcaba en forma simbólica el ser responsables y no ensuciar, pues era ese su lema.  Aunque ella de una forma poco peculiar y no amigable se ganó el respeto de todos los transeúntes, que quienes veían con beneplácito la obra realizada, incluso versiones señalan que la municipalidad le brindó apoyo logístico y económico por la labor ejecutada en beneficio del mantenimiento de la ciudad, pero no sé en lo absoluto si esta versión sea totalmente cierta. Pero, lo que sí puedo decirles, que ojalá se llenaran las calles barcelonesas de gente como Pureta, a quien prefiero dar de epíteto el de la Dama de la Escoba, a quien la describo bajo mi mirada como una mujer humilde, quien en su locura se alejó de sus seres queridos, o quizás abandonada por ellos, pero abrazada a los principios que le fueron inculcados en su hogar transmitiendo con su ejemplo a cada niño o joven barcelonés como cual maestra de calle, el deber de buen ciudada.

Hoy desde el cielo mira con tristeza, el desamor con que se visten las calles barcelonesas, y yo desde mis letras les imploro seamos un poco más parecido a Pureta.

Abuela ese ensayo que hiciste de Pureta es muy bueno, para llamar a la concientización ambiental. Me gustaría llevarlo al cole, para montar una obra de teatro en Literatura, tenemos una tarea sobre el ambiente. — Hay Andrea, ya se te están pegando mis malas costumbres, que no te escuche tu mamá.
Jajaja abuela, me lo dice a cada rato, eres una ilusa, fantasiosa igualita a tu abuela, y se ríe. — ¿Y te gusta, ser como yo? Le pregunté:
Claro, abuela eres mi sangre, somos Familia.
Que gusto, me dio escuchar eso de mi nieta, veía que había hecho un buen trabajo y se iba trascendiendo a mi nueva generación. La segunda para ser exacto de mis raíces. Le dije, Andrea mañana hablamos de los vendedores de esperanzas.
Abuela, que metáfora tan hermosa, me gustará escucharla.
Llegué. ¿cómo lo han pasado por aquí?
Bien mami, hoy conocí a Pureta.
Uff, cuidado con esa, te sale cuando no organices el cuarto—. Río mi madre, porque mi abuela siempre le decía que Pureta le daría con la escoba, sino mantenía limpio su cuarto. —Hasta mañana, mamá. Hasta mañana Abuela—. Se despidieron las dos.