AVENTURA III

AVENTURA III

REGENERACIÓN CELULAR

Sonaba el despertador, anunciando el amanecer. Celupin abría su gran ojo, ubicado justo al centro del círculo que formaba la lupa de su extraña forma, pero sin ser tan extravagante, muy entusiasta se levanta y se prepara para iniciar un nuevo día. Todos estaban calmados esperando a su maestro y Celupin miraba a todos y les sonreía, allí era muy bien recibido e incluso sentían gran respeto por la asombrosa personalidad que él les inspiraba.
En eso, entró el maestro Lymbhiko, y les pidió a sus discípulos: ¡siéntense! Nos dijo, hoy solamente mirarán, observarán todo los que les llame la atención o sientan gran curiosidad, pero no hablen, ni tampoco tomen notas, hoy solamente usarán sus ojos.
Algunos me miraron, pero yo solo les sonreía.
Allí nadie sabía que el ojo de Celupin era algo único y extraordinario, sólo su maestro, quien tenía que velar para que su ojo no perdiera la perspectiva y se agudizara para despertar la consciencia emocional de toda la ciudad.

Celupin miraba y en la medida que lo hacía su ojo se aumentaba e incluso lograba ver más allá del lugar, sintió miedo y cerró el ojo por un instante. Fue cuando escuchó una voz que le susurra, no temas, no te pasará nada malo, por el contrario, será de mucha utilidad, todo lo que logres descubrir. Abrió nuevamente su ojo y una fuerza extraña lo invitaba a salir del lugar, pero no sabía cómo hacerlo, fue en ese preciso momento cuando el maestro lo tomó por la mano y lo condujo a una puerta, en ese lugar se sentía una paz, y todos los que allí estaban parecían que meditaban.
Celupin miraba era su tarea, no podía hacer preguntas sobre nada, solo mirar, aprender todo lo que allí contemplara fue un momento de gran tranquilidad, sintió una paz interior y algo mágico ocurrió ante su gran ojo, una película se proyectaba ante él, lo que aquellas células transmitían. Él tenía la capacidad de verlo, conocer sus pensamientos, y todo lo que anhelaban.

Celupin miraba y en la medida que lo hacía su ojo se aumentaba e incluso lograba ver más allá del lugar, sintió miedo y cerró el ojo por un instante. Fue cuando escuchó una voz que le susurra, no temas, no te pasará nada malo, por el contrario, será de mucha utilidad, todo lo que logres descubrir. Abrió nuevamente su ojo y una fuerza extraña lo invitaba a salir del lugar, pero no sabía cómo hacerlo, fue en ese preciso momento cuando el maestro lo tomó por la mano y lo condujo a una puerta, en ese lugar se sentía una paz, y todos los que allí estaban parecían que meditaban.
Celupin miraba era su tarea, no podía hacer preguntas sobre nada, solo mirar, aprender todo lo que allí contemplara fue un momento de gran tranquilidad, sintió una paz interior y algo mágico ocurrió ante su gran ojo, una película se proyectaba ante él, lo que aquellas células transmitían. Él tenía la capacidad de verlo, conocer sus pensamientos, y todo lo que anhelaban.
¡Eres tú! le aclaró el maestro, pero dividido en otras células más pequeñas, debes cuidar de cada una de ellas, forman tu regeneración celular, debes ir descubriendo una a una, todas forman parte de ti. Tu eres el reflejo del alma, algunos en otros mundos te llaman el ojo celular, pero eres más que eso cuando aprendan a cuidar de ti, podrían descubrir todo lo inexplicable. En ese instante, el maestro me llamó y me dijo: Celupin, ya terminó la clase. ¡hasta mañana!

https://m.youtube.com/watch?v=B98eIo4Xj8k&t=20s
LAS AVENTURAS DE CELUPIN. PORTAL DE BIENVENIDA

LAS AVENTURAS DE CELUPIN. PORTAL DE BIENVENIDA

ILUSTRACIÓN REALIZADA POR NIÑOS VENEZOLANOS

Educar las emociones, no es tarea fácil la vida está impregnada de eventos y situaciones que te atrapan como mosca en una telaraña, sin embargo, tenemos que prepararnos para aprender a gestionar nuestras propias emociones.
He allí donde el docente, los padres y todos aquellos adultos significativos juegan un papel importante en la educación emocional de los más pequeños, un individuo que se forme y/o prepare para manejar sus emociones en forma operativa y/o funcional será una persona equilibrada.
En este cuento que la autora quiere obsequiar a las familias en el mundo, lleva como fin que se aprenda un poco de ese universo para nosotros desconocidos, y que así ahondemos en ese misterio que comprende todo lo relacionado a nuestros sentimientos, a lo que nos hace actuar de una manera u otra.
Les invito a pasar a ese portal, donde habitan esos seres diminutos que forman parte de nuestra vida, y que los presento como personajes, para que así los más pequeños aprendan a valorar cada elemento que forma parte de nuestra esencia.
El lenguaje, aquí utilizado se vale de palabras técnicas y/o científicas para que el niño adquiera vocabulario, utilizar el diccionario, es la clave para ampliar el léxico del que lee. Además, se mezcla el empleo de recursos expresivos para enriquecer la narrativa.
Estudios comprueban de quien lee, abre la puerta al conocimiento, se despierta de las tinieblas y se convierte en una persona más crítica, por eso la autora como docente, orientadora y madre sugiere que se promueva la lectura en familia, esto permite consolidar los vínculos familiares, un mayor acercamiento de los padres con los hijos, no hay límites cuando se trata de cruzar hacia el saber, solo debemos caminar hacia el conocimiento, está allí esperando.
Espero, que Las Aventuras de Celupin y El Planeta Neurón sean de su agrado y que al concluir la lectura su vida emocional sea más apacible y nutritiva, todo depende del cristal con que miramos las cosas, las personas con mayor longevidad, son aquellas que son calmadas y tienen una vida espiritual saludable, así lo demuestran innumerables estudios científicos en diferentes publicaciones.

La autora

Era una colonia de células, cuyo único fin era reproducirse en colectivos para poblar su mundo celular, todas eran saludables, de una estructura inquebrantable, sin patología alguna, es decir completamente sanas, lo que originó la ciudad Límbhyka, la más grande y hermosa del planeta Neurón. Aquellas células eran responsables de crear y cuidar todo ser viviente en aquel planeta, tanto del mundo vegetal como del animal, así como el terrestre y el acuático.
Desde su nacimiento debían recibir una alimentación equilibrada y una educación basada en valores, los cuales ambos elementos le iban a permitir mantenerse con vida, sin sufrir ningún tipo de alteración, la que tenía esta gran misión era la Célula Madre, quien poseía una forma irregular y contenía todos los componentes requeridos para cumplir la labor, además de contener colores que identificaban a cada una de las células por grupos celulares únicos e irrepetibles y cada uno tenía un código bioquímico que las distinguían una de otras.
Realmente, era un mundo tan fascinante, que los científicos de todo el universo viajaban hasta allá en naves microcelulares para estudiar su comportamiento y además se encargaban de vigilar su dinámica existencial.

AVENTURA I
Mi llegada al Planeta Neurón

 De pronto escuché una voz, que me decía: ¡es hora de salir!, no tengas miedo, me recalcó. Les confieso, que yo no tenía miedo, por el contrario, sentía mucha curiosidad por estar allí. Mi madre, me indicaba pasa por la abertura, aunque es pequeña podrás salir por allí, todos los que estamos aquí lo han hecho. Solo algo me preocupaba, mi gran cabeza, fue cuando decidí dar la vuelta y salir al reverso, así sería más fácil pensé así podrán ayudarme cuando salga parte de mí.
    Llegué a la abertura y para mi sorpresa cuando me acercaba una fuerza extraña me atrajo con gran intensidad y salió mi gran cabeza, allí estaba yo y otros, pero de formas diferentes, solo algunos parecidos a mi color. Todos se acercaron a mí, para darme la bienvenida, aunque otros me miraban con gran asombro, pero nadie me rechazó, sentí una sensación muy extraña.
    Mi madre me indicó donde debía colocarme y que no podría moverme, solo hasta que se me indicara. De todos modos, estaba muy cansado por el viaje, y aquella paz me invitó a cerrar mi gran ojo, ¡si tengo un solo ojo!, por eso todos me miraban con asombro, pero soy muy lindo eso dicen todos los que me conocen, soy de color púrpura y mi cabeza tiene forma de lupa, por eso me llaman Celupin. Es así, como fue mi llegada a Neurón. 
SOY CELUPIN ILUSTRADO POR CARLOS ARTURO CARVAJAL MORALES 9 AÑOS APURE, VENEZUELA