GÉNESIS
En la creación del universo coexistían seres mitológicos, y con poderes sobrenaturales que tenían por misión cuidar de todo lo que había sido creado, por el Dios de todos los reinos. Las hadas eran las encargadas de velar por las diferentes estaciones, gracias a ellas podríamos disfrutar del invierno, el otoño, la primavera, y el verano. Cada una necesaria para salvaguardar los elementos que constituían nuestra: Pachamama. Y fue así, como inició todo, hasta que, el peor de los males civilizatorio apareció de la nada, aquel funesto día: La Guerra.
CRUZADAS Y HEREJÍAS
Hombres con su insignia en forma de cruz asesinaban como cual guerreros celestiales en nombre de Dios. Su objetivo destruir todo aquello, masacraron aldeas, y a todos aquellos, que ellos consideraron una amenaza, así condenaron mujeres y niños inocentes. Estos caballeros medievales llevaban la espada de la muerte, conquistaron los 4 reinos, naciendo otros grandes vicios como la: codicia. Lo que no sabían, que las criaturas divinas, tienen el poder de la reencarnación, o el poder resurgir como cual fénix de las cenizas. El bien y el mal siempre coexistirán como el yin y el yang, producto de la dualidad en la esencia humana,
MONTAÑA DE FUEGO
La montaña de fuego sirvió de protección para todas aquellas criaturas que fueron perseguidas, fue el refugio perfecto, allí sería imposible encontrarlas, ningún ser mortal, o sin poderes divinos podría entrar en sus dominios. Se decía, que la esta montaña se mantenía fría, porque en ella habitaba un ser mágico, jamás visto, pero que despertaría cuando encontrara a la elegida. Cuenta la leyenda que se trataba de un dragón, y se decía que la elegida debía poseer la pureza del agua de los manantiales, ser perceptible y sensible a los sonidos de la naturaleza, tener la capacidad de ver más allá de lo que otros no pudieran ver, tocar, oír o sentir. Por eso, se dice que quizás la profecía se ha mantenido por más de 1000 millones de años, y aquella montaña inactiva, e indefensa, pero impenetrable, misteriosa, estaba a la espera de esa alma pura, libre de codicias, ambiciones, es una tarea difícil, no imposible para el Dios Creador, que con paciencia guarda, cultiva, y espera el momento ideal.
LA ELEGIDA
Amma, era una princesa del Reino Mortal desde su nacimiento irradiaba dulzura, paz, a todo quien se acercara a ella. Al salir al mundo, el universo le dio la bienvenida, dicen que ese día apareció la estrella del destino imponente, que las constelaciones se veían resplandecientes en el aquel infinito cielo, e incluso la montaña de fuego, se iluminó para recibirla. Fue amada por todos en el reino, pero también resultaba una amenaza para aquellos demonios que se habían encubierto en el reino mortal, para dominar el mundo. Sin embargo, era la hija del Rey, y sería muy difícil acabar con ella, eso pensaron al ver aquel revuelo, y que les anunciaba que pronto serían exterminados, eso fue el mensaje del Dios creador para aquellos demonios. No obstante, algunos de ellos estaban muy confiados, de que esa niña, no sería una amenaza, siendo la hija del rey.
Amma, era capaz de danzar con el murmullo del río, con el susurro del viento, e incluso podía escuchar, y sentir el latido del corazón de su predestinado esposo. Ya lo había visto en sueños, le había jurado amor eterno, y que al cumplir los 16 años sería la reina de la montaña de fuego. Había aprendido el código de la naturaleza, y todo que allí habitaba, cuanta criatura viviente le rendían reverencia. Ninguna criatura se atrevería a hacerle daño a la elegida, como decía el sabio: “quien conoce donde está el abismo, también conoce donde está el límite donde puede llegar”.
EL DESPERTAR DEL SUCESOR
“Todo vuelve a su cauce, Todo será como antes” . Una voz susurraba al oído, despertando en el pie de la montaña de fuego, una fuerza la atraía con fuerza al interior de la montaña. Aquel lugar era asombroso, nadie había penetrado nunca. Solo las hadas, habían logrado estar allí, hasta que fueron convertidas en mortales, para salvaguardar el planeta.
¡al fin llegaste! Le dijo un caballero imponente, con una belleza inigualable, vestía una túnica como los dioses celestiales, y su cabello negro azabache, muy bien recogido, y aquel rostro principesco dejó sin aliento a Amma. Corrió hacia Volcán:
— eres tú, eres el príncipe de mis sueños, ¿no es, esto un sueño?
Se abrazaron, fue un largo encuentro. El universo fue testigo, guardó el secreto de aquella fusión que significaba: Renacimiento de los 4 reinos. Amma y Volcán serían los nuevos reyes, que dirigirían el Reino Mortal. Tenían que ser prudentes hasta que naciera el sucesor, el espíritu del dragón yacía en sus almas, al fusionarse mediante la entrega por amor eterno, se depositaría en aquel niño el alma de la Montaña de Fuego.
Volcán apareció en el Reino mortal, pidió en matrimonio a Amma llevó ante el Rey Mortal a Amma sana y salva, todo el ejército imperial la buscaban hace días. Los culpables fueron ejecutados, acusados de su secuestro, gracias al Príncipe Volcán, quien estaba de cacería la encontró. Solo tocaba esperar 9 meses, para que se gestara el: Despertar del Sucesor.
Esto deja por sentado que: “la paciencia la mejor de las virtudes, no es pasiva como piensa algunos, trabaja en silencio, y es esperanza de los más necesitados”.