
Hace muchos años una mujer, visitó a su hija en un restaurant de comida criolla, y quería comer una rica cachapa de queso de mano. Llamó a su hija, pero esta le preguntó:
¿pagarás? yo trabajo como una mula, para ganarme la vida. _ Gritó fuertemente, escuchándose en los cielos.
Aquella mujer salió con vergüenza, pensó que su hija, le haría ese regalo, ese día era su cumpleaños, pero ella lo olvidó. Su ira y egoísmo la cegaron. Afuera del restaurant, la detuvo un anciano y le obsequió una moneda. Pidió regresara al restaurant, pagara y dejara como propina el cambio.
Esa medianoche, se escuchó un relincho y un grito rebuznante en las calles de Caracas, y todos dicen que ronda por el restaurant una mujer con cara de mula, y aparece en la Catedral rezando.
Abuela, la moneda ¿tenía un hechizo?
Si, pero la mujer no lo sabía, y nunca más vio a su hija.
Abuela, fue ella la culpable
Si, mi niña por eso debemos honrar a nuestros padres
Yo nunca, te haría eso abuela, y la abrazó con ternura.