VIVIR EN ARMONÍA CON EL OTRO. UNA NECESIDAD DE ÍNDOLE COLECTIVA.

VIVIR EN ARMONÍA CON EL OTRO. UNA NECESIDAD DE ÍNDOLE COLECTIVA.

VIVIR EN ARMONÍA CON EL OTRO

Una vida social saludable
Solo se consigue cuando el espejo del alma,
la comunidad entera encuentra su reflejo.
Y cuando la virtud de cada uno vive
en toda la comunidad. Rudolf Steiner

El hombre es un ser social, así como lo señala Aristóteles (384-322 a. e. c.) “El hombre es un animal social («zoon politikon»  ζῷον πολιτικόν) que desarrolla sus fines en el seno de una comunidad”, ahora bien, cabe preguntarse y retomar la interrogante que señalo en la Red I del trabajo doctoral ¿por qué no ha aprendido a convivir juntos en comunidad?, esto es una interrogante que se han venido haciendo grandes estudiosos del tema, se refleja por ejemplo resulta pertinente, señalar las interrogantes de Alain Touraine “¿Podremos vivir juntos?” y así como, la que presenta Jacques Delors en el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO (1996) ¿Cómo aprender a vivir juntos en la aldea planetaria? Si no podemos vivir en las comunidades que pertenecemos por naturaleza: la nación, la región, la ciudad, el pueblo, la vecindad. El interrogante central de la democracia es si queremos y si podemos participar en la vida de la comunidad.
Es interesante ver que filósofos como Platón también, trataron el tema en su obra la República, describe la ciudad justa, pero al mismo tiempo lo cree utópico, analicemos y repensemos que tanta verdad tendrá la frase dicha por este filósofo en relación a los males que azotan a una sociedad y finaliza con una frase sin esperanzas en una cita De Azcárate (1872) sobre Platón concluye:

y cuántos males se precaven ¿Los celos, las intrigas, los procesos, los robos, las violencias, las luchas entre pobres y ricos, la bajeza de los unos, la ambición de los otros, el libertinaje con todos sus funestos resultados, no aparecen aquí arrancados hasta de raíz? Un Estado en tales condiciones será dichoso. (…) Desgraciadamente todo esto no es más que un sueño. (p. 47)

      Entonces, qué ha pasado con el hombre, porque en vez construir, destruye, por qué en vez de formar, deforma, por qué no aprende de los animales irracionales, que a pesar de no tener razón resguardan su propia manada, por eso muchos ambientalistas expresan "el hombre es el único animal que atenta contra su propia especie", mientras no vivamos en armonía con nuestra propia especie, viviremos en guerra unos con otros, y ¿por qué y para qué? es ¿qué no somos capaces de construir un mejor mundo para las presentes y futuras generaciones?
     Ahora bien, considerando lo anterior, vale la pena tomar en cuenta algunos planteamientos extraídos de los hallazgos, en especial aquellos en que algunas familias sustentan sus posturas de refranes populares que se han divulgado de generación en generación. En un refrán expuesto por una de las informantes donde asegura “después de clavo pasado, no vale Santa Lucía”, se aprecia una negación al cambio, al respecto en relación a refranes que transmiten negación al cambio señala Moreno (2016) que: 

Cuando la referida literatura hace referencia a la negación de la negación, quiere transitar por la concepción de que en todo proceso (sea natural, social o psisémico) se dan fases inscritas inexorablemente en un movimiento que lleva consigo la negación sucesiva de unas a otras. Ahora bien; cuando el pueblo dice: “Cuando hay santos nuevos, los viejos no hacen milagros”, o “Plátano maduro no vuelve a verde”, está justamente asentando que en la vida hay etapas que se niegan unas a otras. Claro, negaciones que afirman de alguna manera lo viejo, lo anterior. En dialéctica, las negaciones de las etapas viejas no son absolutas. Son negaciones que niegan al tiempo que afirman de alguna manera lo que quedó atrás. “En rastrojos viejos, siempre quedan batatas”; es como decir: “En donde hubo fuego, siempre quedan llamas”. ¿Qué desea significar el sabio pueblo, con esto? Que, en la negación de las etapas, hay algo de afirmación. (p. 35)

En una hermenéusis sobre la filosofía popular manifestada por el actor social aquí descrito, se puede notar que según su visión después de un proceso ya en quiebre, no hay vuelta atrás, esa negación no cabe una posibilidad de cambio, esto lo sustenta Moreno (ob cit) cuando expresa: “adagios que connotan la noción negación de la negación en tanto componente de la ontoguiatura del cambio” (p. 36). 
Cabe resaltar, que los refranes en relación a los fenómenos sociales expuestos por las familias entrevistadas en mi trabajo doctoral dan una connotan de negación, y esto lleva a la reflexión y a repensar que desde la mirada que captamos los hechos sociales y el comportamiento del individuo ante los detonantes sociales. Es un tema que requiere profundizar y que la educación tiene un papel relevante en rescatar su esperanza y que, así como existen refranes de negación, hay otros de connotación positiva y optimista que puedan estimular desde una mirada más humanizadora que pueda buscar una forma de solucionar o apaciguar las problemáticas y no caer en la desesperanza, y lo que es peor aún en la indiferencia. Esto se puede apreciar en lo que sustenta Moreno (ob cit):

Inscritos en la racionalidad de la transformación, del cambio, hay muchos más adagios populares. Resulta muy fértil, para los efectos de entender la vida a través de la sabiduría cotidiana del pueblo, estudiarlos. Vemos cómo el pueblo en no pocas ocasiones se equipa de enfoques que dejan atrás la linealidad y sincronismo propios de las leyes lógico-analíticas. Tomarle el pulso al cambio que está presente siempre en toda realidad, en todo pensamiento, en toda emoción y en todo símbolo, parece ser la suprema motivación de la sabia gente común. Sabia gente común crea y templa el refranero del día a día. “El que no se arriesga, ni gana ni pierde”. “Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero” (…) (p. 39)

Es aquí partiendo de esta sabiduría popular aprovechar a la educación comunitaria para que emprenda ese motor social, promoviendo motivación para de esta forma rescatar la esperanza perdida, ir buscando soluciones en conjunto que aporten alternativas más efectivas para afrontar los fenómenos sociales, es un transitar que requiere de un trabajo en equipo y esto podría sustentarlo con un refrán popular afirmativo y positivo como “En la unión está la fuerza”. Es la educación la única capaz de transformar los pensamientos caóticos, por otros positivos, es la educación la única capaz de transformar los pensamientos caóticos, por otros positivos, los que formamos parte de la sociedad unidos y trabajando en los espacios comunitarios pueden lograrlo.
Cuando nos convertimos en un modelo a seguir, otros copiarán, intentarán mejorar y ver que si se trabaja en equipo es posible, si esto se alimenta en las comunidades, estas a su vez se nutren y por ende su sabia se expande por todas las ramificaciones de la sociedad, provocando ya no un efecto de caos, sino la metamorfosis social que tanto se espera, porque después de la tormenta, viene la calma, y esto podría lograrse, si educamos individuos sanos dentro y fuera del núcleo familiar en una sociedad saludable que anhelamos y merecemos. 
Si partimos de la frase de Rudolf Steiner dibujada como antesala en esta red, se puede expresar que una sociedad saludable, va a depender de cuan virtuosos sean sus ciudadanos, pues estos se verán reflejados en el alma de la comunidad en la medida que lleven una vida sana, funcional y respetándose unos a otros, es esta la transformación que se busca, que se anhela y que espera el mundo para vivir plenamente en paz y armonía con el otro en este planeta.

Fuente: Tesis Doctoral publicada en

https://perlasnarrativas.wordpress.com/2021/10/14/vivir-en-armonia-con-el-otro-una-necesidad-de-indole-colectiva/

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